Loquitos, siempre que de hacer un nuevo viaje se trata, no se imaginan todas las emociones que puedo experimentar. Quiero contarles que siempre salir, ver un nuevo paisaje, sentir el frío, el calor, sorprenderme con cada lugar, ha sido de las cosas que más me llenan de vida.

Soy de los que piensa que viajar nos explota la cabeza parceros, el intercambio cultural que se vive en cada viaje no tiene precio. Muchas personas me han dicho que viajar siempre ha sido su sueño y yo les digo, vivan ese sueño, no hay que aplazar esos momentos que son los que valdrán la pena y serán memorables.

Y saben algo, ninguno de mis viajes ha sido de la manera convencional jeje. Por lo general, me da un arranque de locura y puede suceder que un 30 de Diciembre le escriba a un par de amigos y terminemos pasando año nuevo en El Lago de Tota (esto es real), o bien puedo estar en el Carnaval de Barranquilla sin haberlo planeado, o por qué no, viajando horas y horas en moto para llegar a ese lugar feliz.

Si les contará todas las anécdotas de esta aventura, no me alcanzaría este espacio, pasa de todo mi gente, de todo, pero al final todo es cuestión de actitud y de sobreponerse a todo lo que pueda pasar. Todo es cuestión de perspectiva y de lo malo también tendremos historias por contar, con toda mi gente.

Y con esto quiero decirles, que sigan ese instinto, que salgan de su rutina para inyectarle un poco de mar su vida, siempre caerá bien.

Si hubo algo que aprendí en ese nuestro histórico confinamiento, es que la vida es hoy y ser felices es una decisión que no debemos aplazar.

Así que, parceritos, par pantalonetas, full gafitas y ganas de pasarla muy bien, no necesitan más.

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